La Font de la Portella

La ruta de La Casanova de l'Obac a la Font de la Portella se encuentra en el Parc Natural de Sant Llorenç del Munt i l'Obac.

Haz click en la imagen para acceder al mapa.



Se trata de un itinerario ideal para hacer en familia, incluso un tramo del recorrido está adaptado para personas con movilidad reducida. La señalización es clara mediante postes verdes con marcas rosas y amplios paneles informativos. Aviso! a quien no le guste las aglomeraciones, más le vale madrugar porque se trata de un lugar muy frecuentado.

Hace 400 años también éra frecuentado, pero en este caso por bandoleros que aprovechaban la ruta que atraviesa Barcelona y Manresa (llamado camí Ral) para robar a los viajeros y comerciantes. Estos personajes adquieron gran protagonismo a lo largo de todo el siglo XVII, dando lugar a muchas historias y leyendas. De entre todos los bandoleros hay uno que destaca: Capablanca

Para darnos cuenta de la repercusión mediática de estos bandoleros, basta con decir que Cervantes, en su libro el Quijote, dedica un par de capítulos a Roque Guinart ( Perot Rocaguinarda). Nuestro querido Quijote lo describe diciendo que ..."llevaba cuatro pistoletes en la cintura, que en esa tierra (Catalunya) llaman pedreñales”.


Esto es un pedreñal (pedrenyal)
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Arma fabricada en Ripoll en el año 1.614 (mide 56 cms).
Museo Victoria and Albert de Londres



Sigamos con la ruta...

Inicio:
Punto kilométrico 9,8 de la carretera B-122 de Terrassa a Rellinars, antes del desvío a Vacarisses. No es una ruta circular, para volver hay que deshacer lo andado. En total son 7,2 kms (ida y vuelta).
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Puntos de interés:
1.- La Casanova de l'Obac
2.- La casa vella de l'Obac
3.- El pou de glaç
4.- El turó Roig
5.- La Font de la Portella


1.- La casanova de l'Obac
Construida hace más de 200 años por la familia Ubach. Éra una masía dedicada a la actividad vinícola. La plaga de filoxera que atacó las viñas a finales del siglo XIX marcó el inicio de la decadencia de la masía. La Diputación de Barcelona la adquirió en el 1.987 y después de rehabilitarla la convirtió en centro cultural y punto de información del parque.
A la derecha se encuentra la casa de la Pastora, un bar-restaurante donde repostar. En el llano encontraremos una pista cementada rodeada de encinas y pinos. Los visitantes agradecen los bancos de madera que hay por el camino.
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Poder relajarse bajo la sombra de un encinar siempre es reconfortante, y ver en el horizonte las agujas de Montserrat, también.
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Avanzamos por la pista en busca de la casa vella (casa vieja) de l'Obac.



2.- La casa vella de l'Obac
Aquí fue donde inicilamente la familia Ubach se instaló en el siglo XVI y aunque el primer testimonio escrito de esta masía data del siglo XIV, el tipo de construcción de la torre se remonta al siglo IX.
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Cuando las tropas de Napoleón Bonaparte incendió Montserrat en el año 1.811, la masía de l'Obac fué también quemada como represalia por la ayuda que prestó a las tropas catalanistas que se batian en retirada. Se reconstruyó y volvió a ser destruida poco después por los carlistas en el 1.836, marcando el comienzo de su abandono.
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Restos de la ermita


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Cuenta la leyenda que aquí murió Capablanca aunque otras versiones dicen que se ahogó no se sabe donde amorrado a una bota de vino.



3.- El pou de glaç
Siguiendo el camino encontraremos a la izquierda unos peldaños de piedra que nos lleva a una explanada donde se encuentra el pou de glaç (pozo de hielo)
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Si nos asomamos a la enrejada puerta veremos que su base está unos metros por debajo del nivel del suelo y que sus paredes son de piedra, esto es así para favorecer la conservación de los bloques de hielo.

El proceso de fabricación pasaba por cortar el hielo que se formaba en las balsas cuando el agua se helaba con el frío invernal. Luego los bloques se almacenaban en estos pozos.
Posteriormente se distribuia en carros por las principales ciudades de la comarca.
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4.- El turó Roig
Dejamos el pozo de hielo y retomamos el camino hacia el turó Roig. Después de una suave subida llegamos a un pequeño collado y allí se nos presenta un fabuloso ejemplo de lo que es capaz de hacer la erosión.
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Una corta senda nos aproxima hasta su base. Si decidimos acercarnos hay que ser prudentes porque hay una caida vertical bastante importante.
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Acerquémosno un poco más, fijaros... al descubierto quedan los diferentes estratos y materiales que componen el turó.
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5.- La Font de la Portella
Ahora el sendero que baja hasta la fuente se hace más estrecho y sombrío. En unos minutos nos encontramos con la fuente, por cierto, seca. La espesura es más notable y se nota la humedad. Unos enormes plataneros destacan sobre el encinar junto a una balsa que recoje el agua de la fuente.
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Foto de familia
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Aquí finaliza este itinerario un tanto turistico. La verdad, es entretenido y bonito, pero se hizo corto tal vez por la ausencia de dificultad del camino, así que decidimos continuar después de descansar y refrigerarnos un poquito.
Un enorme tronco cruzado en el inicio de la pista que parte de la esplanada de la fuente auguraba que lo que nos encontrariamos no tenía nada que ver con lo que habiamos recorrido hasta ahora.
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La pista continua hundiendose en un entorno más salvaje por la cantidad de zarzas y arbustos que practicamente obliga a caminar agachados por difentes tramos.
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Los desniveles se acentúan cada vez.
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En las pocas clarianas que encontramos, la Roca Salvatje y el Paller de Tot l'Any parecían estar al alcance de nuestros dedos.
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Por estos caminos, el bandolero Capablanca extendía su blanca capa en el suelo y amenazaba a sus víctimas para que depositaran sobre ella todos los objetos de valor. Cuentan que la sola presencia de la capa éra suficiente para aterrorizar a la población.
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Cruzamos el torrent se la Saiola y finalmente decidimos regresar porque se nos hacía tarde.
Un dia de estos volveremos para terminarla!
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