La Torre Roja (El Farell)

La Torre Roja es una construcción medieval que se alza sobre la colina del mismo nombre al sur de la sierra de El Farell y al oeste del municipio de Caldes de Montbui, en el límite del témino municipal de Sentmenat (Barcelona). Estas poblaciones pertenecen a la comarca catalana del Vallés Oriental.
El macizo de El Farell forma parte de la cordillera que une los Parques Naturales de Sant Llorenç del Munt y el Montseny. Está calificado como zona de especial protección. Junto a la Torre Roja se encuentra los restos de un interesante poblado ibérico.

El punto de partida de esta ruta se encuentra en la Plaza de Taunusstein de Caldes de Montbui. Dejo aquí el mapa con el puntero señalando la calle Torre Roja, que desemboca en dicha plaza.



Como es habitual, dias antes de hacer la ruta me documento sobre los puntos de interés y del mapa y guía correspondiente, en este caso el de la Editorial Alpina escala 1:20.000 en la que describen hasta diez itinerarios alternativos para conocer el entorno de El Farell.
El que pretendo hacer es el número cinco ("Ruta de les Fonts"), un itinerario de 16 kms que pueden recorrerse en 4-5 horas sin demasiadas dificultades pero prestando mucha atención a los cruces de caminos y a los tramos sin señalización. Conviene no desorientarse.
Pero como no podia ser de otra manera, nosotros tardamos casi 8 horas, y no por las paradas precisamente, sino porque antes de empezarla me apeteció patear otros sectores de la montaña, llegando incluso a perdernos en algunos tramos. En total recorrimos 21 kms, pero a continuación sólo expondré una ruta completa de 12 kilómetros que corresponde a una variante del itinerario nº 5 de la guía.

Una ortofoto con la gráfica del recorrido. La dirección de marcha pasa por los siguientes waypoints:
Inicio -> Font de les Escales -> Gorg d'en Pèlags -> Collet Torre Roja -> Poblado Ibérico -> Torre Roja -> Collet Torre Roja -> Collet del Català -> Muntanya de Can Fruitós -> Can Fruitós -> Castell de Senmenat -> Polígono Ind. Mas d'en Cisa -> El Roure Gros -> Final.



Domingo 25 de Octubre del 2009, primer dia del cambio horario (el reloj se retrasó 1 hora en la madrugada). En esta ocasión voy sólo, pero visto el entusiasmo mostrado por mi mascota (se vuelve loca cuando ve movimiento de mochila y avituallamiento) decido que me acompañe.

Ponemos rumbo a Caldes y llegamos a la la Plaza de Taunusstein. Al entrar en la rotonda de dicha plaza hay que tomar la primera calle que sale por la derecha en dirección al amplio parking situado al costado del campo de fútbol.
Allí dejamos el coche y calentamos piernas internandonos por algunos caminos que salen desde un descampado próximo.

Por allí hice un par de fotos.

Un abejorro poniendose las botas de pólen.




Estos cartuchos en el camino me hicieron recordar que se había levantado la veda.




Después de una primera toma de contacto con el entorno y de patear más de lo que deberíamos regresamos a la plaza de Taunnustein para iniciar la excursión.
En la rotonda de la plaza hay un poste con los indicadores de las diferentes rutas que parten desde este punto. Tomamos dirección S.O por una calle asfaltada donde las marcas del GR 97-2 y PR C-9 nos acompañarán en buena parte del camino.




Esta es la calle, el Camí de Senmenat.




Pronto se acaba el asfalto y entramos en una cómoda pista de tierra; un camino a la derecha da acceso a una casa. Seguimos de frente dejando este desvío que aparece por la izquierda. Allí delante hay una plantación de jóvenes olivos y el techo de la carpa de un invernadero.



Viejos olivos y algún almendro comparten el margen de la pista. Nubes blancas y grises también comparten el cielo.





- ¡Jefe un cruce! ¿pa dónde tiramos?

- ¡Hacia la derecha! Siguiendo las marcas de la esquina del muro!.



Giramos a la derecha y atravesamos un callejón:, delante nuestro se presenta la montaña de El Farrel con el Turó de la Torre Roja. Está situado justo donde señala la punta de la flecha.
Ese es nuestro objetivo.




Pasado unos centenares de metros encontraremos a la derecha otro invernadero, aquí el camino se bifurca. Tomamos el sendero de la izquierda.




¡Jefe! ¿qué son esos sonidos tan raros que salen de la montaña?

Se oyen disparos y ruido de motores.



Ruinas junto al camino. Al lado hay una balsa de agua protegida por una valla metálica.




Ahora la vegetación se hace más densa. Entramos en el bosque de Mas d'en Corró. Los campos de cultivo han quedado atrás. Las marcas del GR y del PR siguen siendo visibles.




El origen del ruido de antes. Con voluntad, educación y cautela se puede compartir los caminos de forma elegante, y ese piloto así lo hizo. Al menos paró para que pasáramos porque todos no cabiamos a la vez.




Continuamos avanzando y antes de llegar a una pequeña planicie de donde parte el sendero hacia el Gorg d'en Pèlags, un desvío a la izquierda nos llevará a la Font de les Escales.




Hay que tener cuidado porque la maleza disimula el senderito que lleva a la fuente; empieza justamente donde apunta la flecha, casi en el mismo giro.




Por esa garganta se deslizan las aguas del Rio Codonys.




Bajando hacia la fuente. Algo ha llamado la atención de mi socia.




Esto huele a pólvora.




Cruzamos el Rio Codonys, va escaso de agua. Más adelante volveremos a cruzarlo.




Un vaso amarillo junto a la fuente. A la derecha las escaleras (de ahí el nombre de la fuente).
Esta zona es bastante umbría y tengo problemas para hacer fotos por la escasez de luz; he de utilizar velocidades bajas de obturación y sin trípode corro el riesgo de que salgan algo movidas por la inestabilidad.



Un hilito de agua fresca mana constantemente de esta humilde fuente. Fogonazo de flash para la foto y las pilas se quedan temblando.




Una preciosa ristra de escalones. Fijo que mi socia querrá subirla en cuatro saltos a lo mushing/canicross.




¡Jefe! ¿una carrerita?



Allá vamos. Le ajusto el arnés y sujeto la cinta a mi cintura.
Una... dos.. y tres !!! aupaaaa!!!!




Ooooopss! ¿Qué paso jefe?

Nada... simplementé resbalé. No estoy para estos trotes. Trancazo en la rodilla.


Tras trepar las escaleras de una en una ayudado por el bastón enfilamos el camino que nos sale por la derecha en busca del cruce para ir hacia el Gorg d'en Pèlags.
A pesar de la umbría aún hay florecillas silvestres creciendo en las zonas donde aterriza algún rayito de sol.




Llegamos a la planicie. Si tiramos a la derecha llegaremos al mismo camino que dejamos antes de desviarnos hacia la fuente. Tenemos que seguir de frente, aunque aparentemente no se ve ningún sendero.



Por si acaso hay dudas, un rústico letrero clavado en el tronco de uno de los pinos nos indica la dirección correcta. A partir de ahora desaparecen las marcas del GR y del PC-R, aunque iremos encontrando algunas señales pintadas en azul, como la que hay en ese mismo tronco.




El ambiente se hace más húmedo y salvaje. Pronto encontraremos un cruce.




- ¡ Jefe! Aquí no hay marcas! ¿pa dónde tiramos?

- Hacia la izquierda



Volvemos a cruzar el Rio Codonys. Ojito con las piedras porque están muy resbaladizas. Más vale dar un salto, que tampoco es para tanto.




Adentrandonos de lleno en el Bosc de Mas de'n Corró. Aquí la hiedras son las reinas del sotobosque.




No dejo de mirar al cielo; cada vez está más nublado.




Seguimos ascendiendo hasta llegar a un antiguo canal de agua, hoy convertido en sendero.
Nos desviamos hacia la derecha y enseguida veremos ciertos tramos de una tubería semienterrada y adoquines a los costados.




Oteando el horizonte.




Se empiezan a ver multitud de helechos de pequeño porte. Tal vez sean de una especie enana o simples brotes jovenzuelos.




Es sorprendente lo que el bosque es capaz de construir; esa mancha negra del fondo parece la entrada de un oscuro túnel. Me parece raro rraro rrraro que mi socia se muestre tan desconfiada.
Por cierto, no hemos visto ni oido un sólo pájaro. Aquí el silencio es total, solo se oyen nuestros pasos.




Sin vacilar nos adentramos en esa cueva formada por un densa vegetación. Seguimos la marcha hasta encontrar un nuevo desvío y tomamos la dirección que marcan las flechas azules pintadas en la roca. Vamos, que hacia la izquierda.



Un rumor de agua se hacer perceptible. Por la orilla derecha del camino se asoman las copas de los árboles que emergen de una profunda garganta disimulada por la maleza. Un resbalón aquí podría darnos un disgusto.




La pista se hace más amplia y acaba en un rellano impregnado de mágia y abierto entre rocas bajo la tutela de dos enormes robles; hemos llegado al Gorg d'en Pèlags.
Mirando desde la entrada se aprecia un par de troncos a la derecha. Ni se os ocurra sentaros en ellos si lo golpeais. Trillones de hormigas os darán la bienvenida.




Una pano.




Pedazo de roble.




La fuente a la izquierda y el salto de agua a la derecha. Es un lugar perfecto para reposar y repostar.




Nos refrescamos en la fuente.




El salto de agua da nombre al lugar. Se trata de una garganta considerable, desconozco la profundidad que debe tener en total. Calculo que hasta donde la roca rompe la cascada habría unos cuatro metros.




Se hace tarde y debemos continuar.
Ahora si echamos un vistazo a nuestro alrededor veremos que a simple vista parece que el único camino que existe en este lugar es el que nos condujo hasta aquí, pero si miramos hacia las rocas que tiene el dibujo del escudo de Caldes pintado en su pared observaremos que hay un paso en su base tras remontar un pequeño desnivel. Sigamos por donde indican las flechas.




Aquí se me disparó la cámara.




Subiendo hacia la balma.




Y por aquí seguimos, hacia la cabecera de la cascada del rio Codonys, que tendremos que cruzar una vez más.




¿Saltamos, jefe?




Continuamos ascendiendo por un precario sendero hasta llegar a un cruce no muy bien definido en la espesura del bosque, donde torceremos a la izquierda en busca de la pista principal.
Apenas llega la luz. Cada vez está más nublado.




La pista. Hay que ir hacia la derecha, en busca del Collet de la Torre Roja.




De nuevo oteando el horizonte, y de paso, posando. Mira que le encanta subirse a las alturas!




La pista arcillosa y embarrada se interna en un bosque de pinos. Comienza a chispear, si aprieta tendré que sacar el poncho.




La cruz en blanco y amarillo significa "dirección equivocada" en un sendero de pequeño recorrido; está en un ramal muy frondoso que surge de la pista principal. La otra señal ya la conoce todo el mundo.
Nosotros seguimos por nuestra amplio camino.




Llegando al Collet de la Torre Roja.




El itinerario continua siguiendo esta pista que tuerce a la derecha, pero nuestro objetivo queda a la izquierda. En un tronco hay colgado un cartel indicando la dirección de la Torre Roja y el poblado ibérico. Allá vamos.




Apenas nos separan 400 metros.




Entramos en el yacimiento del poblado ibérico. Por si acaso dejo a mi amiga junto al árbol no sea que le de por excavar donde no debe.




Con mucho cuidado me acerco dentro de lo permitido para hacer unas cuantas tomas.




Según los estudios realizados, este poblado ibérico estuvo ocupado ininterrumpidamente durante más de 600 años (del siglo VI a.c. hasta el siglo I d.c. aproximadamente), pudiendose observar dos épocas diferenciadas en todo este período; por un lado la más antigua, de carácter ibérico, que correspondería los siglos VI - III a.c. y por otro el período de la romanización durante los siglos II y I a.c., donde se produce una fase de cambio producido por la invasión de los romanos, de quienes adoptarían paulatinamente sus costumbres, su cultura y su lengua.
Una de las conclusiones de los expertos que más me ha sorprendido es el hecho de que este poblado no se destruyó durante esta época; los indicios apuntan a que ambas culturas coexistieron en el tiempo.



En el año 1.957, Llogari Sala ( un erudito entregado a la recuperación del patrimonio histórico de la ciudad y comisario local del servicio de excavaciones arqueológicas) inicia una campaña de excavación en la zona. La existencia de este asentamiento, el hallazgo de restos de cerámicas y otros núcleos con vestigios de la cultura ibérica confirmaron la importancia que tenía esta comarca hace mas de 2.000 años.
El dia 14 de Marzo de 1.958, el diario ABC de Madrid se hace eco de los descubrimientos y publica la noticia en su edición matinal.




Posteriormente se llevaron a cabo varias campañas de forma intermitente hasta el año 1.992.
En el 2.004, tras un período de inactividad, la asociación FIDES Recerca i Difusió Històrica en colaboracióncon el Museo Thermalia, entidades privadas y el Ayuntamiento de Caldes, inicia de nuevo las campañas de excavación en la que participarían grupos de jóvenes estudiantes llegados desde varios puntos de la península. Incluso la Universidad de Columbia (New York) publica en su web el programa de actividades a realizar en el yacimiento durante el 2.006, así como reseñas históricas de la zona.
El 28 de Septiembre del 2.008, los Ayuntamientos de las poblaciones de Caldes de Montbui y de Sentmenat firman un convenio de colaboración para proseguir las excavaciones.

Albert Fortó, arqueólogo de FIDES, definió la cultura de estos primeros moradores como "una sociedad urbana bastante similar a la cultura etrusca y griega"




El pasado mes de Septiembre, el Ayuntamiento de Caldes de Montbui hizo pública una nota de prensa en la que explica los resultados de la campaña llevada a cabo en el presente este año.
Bajo la dirección de FIDES se ha descubierto una zona dedicada a trabajar el metal (algo así como un "taller"), dos alcantarillas en buen estado de conservación y dos nuevos enterramientos infantiles en el interior de una de las habitaciones del poblado.
Estos hallazgos arrojarán más luz sobre la historia y evolución de los habitantes de este poblado y su relación con el valle, tema muy interesante y apasionante porque en defintiva aquellos individuos que tanto debieron patear haciendo senderismo por cuestiones de supervivencia, fueron nuestros antepasados más lejanos, y cercanos a la vez.




Seguimos caminando en dirección a la Torre Roja.



Aquí la tenemos.

¿Por qué tiene este nombre?, por la evidencia rojiza de los materiales que la componen, y estos materiales deben su color a la sangre derramada por seis innobles caballeros de D. Guillen de Zaportella, según cuenta la leyenda.
Hasta el s. XVI, la torre recibía el nombre de Puig Castellar.

Víctor Balaguer, cronista y escritor del siglo XIX, publicó en el año 1850 un libro titulado "Una espedición a San Miguel del Fay". El autor cuenta que, de viaje por el valle, una noche sus amigos le insisten en subir a la Torre Roja para que les cuente in-situ la leyenda que dio origen a su nombre. Acompañados de antorchas y unas botellas de cava accedieron al recinto no sin antes espantar a una pacífica comunidad de murciélagos. Envueltos por el negro manto de la noche y por el crepitar de las ardientes teas les narra en el propio escenario de la tragedia la historia de "Las ligas de las seis doncellas".

Aquí dejo unas imágenes del libro correspondientes al capítulo en cuestión, para quien le apetezca conocer esta leyenda.


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Realidad o leyenda, quien sabe. Lo cierto es que esta torre de vigilancia debió cumplir perfectamente su misión gracias a las vistas privilegiadas que se contempla desde su ubicación.
De izquierda a derecha por el horizonte: Montseny, Turó Gros de Can Camp y Serra de la Marina.
En primer término Caldes de Montbui, detrás Granollers




Sentmenat y al fondo la sierra de Collserola y la Torre de comunicaciones.




Vista desde el cielo




Bien, ya hemos llegado a nuestro destino y hemos paseado por la historia, ahora nos queda regresar hasta el Collet de la Torre Roja y de allí poner rumbo al Castillo de Senmenat pasando primero por el Collet del Català.




No parece que estemos en otoño.




Sin comentarios




De nuevo por la pista ancha y roja. Este desvío lleva a las canteras de El Pascol.




Imagino que quien colocó el letrero estaba más pendiente de su seguridad que de la orientación, o bien se desprendió del clavo superior.




Me empieza a preocupar MUCHO este cielo.




El Collet del Català, fácilmente reconocible de lejos por los dos cipreses que lo rodea.
Desde este cruce se pueden enlazar varias rutas siguiendo los PR-C's y GR señalizados en el poste de orientación. Nosotros tomaremos el camino de la izquierda en dirección Can Fruitós por el PRC-48.




Dejamos el poste de orientación a nuestra derecha y torcemos por la izquierda.
Empieza a caer una fina lluvia.




La pezuña de un jabalí




Aquí han estado escarbando hace poco.




Es curiosa la forma que tiene esta piedra.




Orientandonos...




El cómodo camino se transforma en una acusada pendiente.




Hacia el Oeste vemos el Castillo de Guanta y unos nubarrones majísimos.



Seguimos las marcas del PC-R y giramos a la izquierda por un sendero que nos llevará por El Calvario; me ajusto las botas para evitar esguinces.




Una muestra de El Calvario.




Descubro por mi derecha un pequeño claro rodeado de romero con dos magníficas piedras; un lugar idóneo para hacer una parada. Mi cachorra está muy cansada y el reposo es obligatorio.




Mientras tanto aprovecho para hacer algunas fotos desde mi posición. Los nubarrones amenazan con empaparnos. El cielo está dramático y los disparos de escopeta se oyen cada vez más cerca.




El romero está en su segunda floración anual y las abejas dan cuenta de ello.




Estamos rodeados de insectos.




Uff! esta viene directa a por mí.




Y mi socia que se ha quedado frita basculando la cabeza. Está rendida pobreta.




Llegando al néctar que hay en la cima.




Habían tantísimas abejas que incluso fotografiando el romero a contraluz alguna quedaba dentro de foco.




Voy a encuadrar y ampliar a la prima de Maya.
Empieza a llover. Tenemos que irnos inmediatamente!!




Bajando a todo gas por la senda del calvario.




Alto! Las bayas de este rosal silvestre merecen inmortalizarse.




Otra fotico más y basta de hacer paradas porque la lluvia arrecia. Voy a sacar el poncho y.... ¡horror!! no está en la mochila!. Gran fallo. Debió quedarse fuera cuando la preparé en casa.




Por este sendero encontramos un desvío, no hice fotos por el chaparrón pero hay que torcer a la derecha en lugar de continuar recto; enseguida se verán de nuevo las marcas del PC-R.

Bajamos sorteando los surcos de la torrentera. Más abajo estará todo lleno de piedras tuercetobillos.




El camino del calvario desemboca en una ancha pista. Los campos de cultivo vuelven a aparecer, así como algunas casas y construcciones. Seguiremos todo recto en dirección Can Fruitós y el Castell de Senmenat.




Un original espantapájaros a tamaño natural.




Can Fruitós. Seguían cayendo gotas y no hice más fotos.
Aquí hay otro poste con las señalizaciones correspondientes; nosotros seguimos en la misma dirección.




Unos metros antes de llegar al castillo sale un camino por la izquierda que nos llevará hacia el Polígono Industrial Mas d'en Cisa y al Roure Gros. Antes de tomar este desvío haremos una visita al castillo.




Posición donde nos encontramos a vista de pájaro, o mejor dicho, de satélite.




¡ Vaya ! están de reformas.




No se puede visitar. Será en otra ocasión.




Volvemos sobre nuestros pasos y enfilamos por el camino rural señalado antes.




Topamos con el asfalto. Giramos a la izquierda y bajamos la calle a toda mecha; vuelve a llover.




Se hace raro caminar con botas por aquí.




A estas campanillas les da igual el cemento y el hormigón.




La calle gira hacia la derecha; al salir de la curva veremos un ramal que sale por nuestra izquierda. Hay que ir por ahí.




Y a continuación veremos esto. Seguir por donde indica la flecha.
Veamos más de cerca el cartel que hay al fondo en la curva.





El giro visto desde arriba.




Cruzamos el Torrent d'en Baell y a partir de aquí continuamos por una pista de tierra transitada ocasionalmente por coches y motos.




Aquí es fácil confundirse porque no hay marcas; este desvío está a unos metros después de cruzar el torrente. Hay que seguir recto y olvidarnos de el.




Sigue lloviendo y cada vez hay menos luz. Consulto el mapa y veo que aún nos queda un buen tramo para llegar al aparcamiento. Antes pasaremos por el Roure Gros.
Apretamos el paso, pero mi compañera está muy cansada. No queda más remedio que ir haciendo paraditas, y de paso aprovecho para agotar las pilas de la cámara.




Este camino se llama el Camì Vell de Caldes de Montbui, transcurre entre encinares, campos de cultivo, casas y alguna masía.
A la derecha vemos el Mas d'en Cisa.




Más adelante, en una curva, dejaremos por la izquierda otra pista y seguiremos por la derecha.
Una nota de color en esta tarde gris.




Bellos troncos de olivos, deben ser centenarios . Se hallan al borde del camino; están cargados de aceitunas.




Otro guapo.




Una genial manera de reciclar los neumáticos.




Antes de que el camino gire casi 90 grados hacia la izquierda, mi compi descubre un nuevo animal para añadir a su particular libro de bitácora. Se pone en pié para ganar visión sin parar de ladrarle al tranquilo equino, que ni se inmuta.
Y he aquí que del fondo se escucha la respuesta: un coro de ladridos que rápidamente se hacen más y más potentes.
Lo mejor es continuar no sea que aparezca una jauría y aunque esté la valla por medio puede generarse una situación delicada.
Nosotros seguimos hacia delante en busca de la curva. Los ladridos se hacen más cercanos y se desplazan en nuestra dirección, pero no se ve un solo perro.




Giramos a nuestra izquierda dejando un ramal a la derecha que hace de entrada a la finca privada donde estaba el caballo, creo. Al menos había una verja abierta.

Andamos unos metros y los ladridos cada vez más cerca. Vuelvo la vista atrás y .... zassss!!!
¡ Sorpresa ! ahí los tenemos, una colla de perros que me pone la piel de gallina. Mi socia que no se amedrenta les planta cara y casi arrastrandola de la correa me alejo a toda velocidad mientras el grupo viene a todo trapo hacia nosotros. Nos alejamos lo suficiente y dejan de perseguirnos, se han distanciado demasiado de su propio territorio y no deben vernos como una amenaza.
De hecho me tomé la molestia de hacerles una foto. Sus signos ya no mostraban agresividad, pero el susto inicial me duró un buen rato.




Por la parte más umbría del camino se estaba formando un buen barrizal, apenas nos había dado tiempo a recuperarnos del susto cuando un fuerte estruendo casi nos saca el corazón del pecho.
Aún no se de donde salió aquella pedazo de moto que nos pasó por el costado a toda leche.
El piloto hizo amago de saludar pero si soltaba una mano fijo que se pegaba el castañazo.




¡ Que mal rato hemos pasao, eh jefe !




Está anocheciendo.




Ahí está, el Roure Gros (roble gordo).
Un poste señala las diferentes rutas que enlazan desde aquí. Por la izquierda volvemos a la Torre Roja a través del PR-C-9, por la derecha el GR-97 hacia Torre Marimon y a Caldes recto por el GR-97-2 que nos devolverá al primer tramo del inicio de la ruta por la Font de les Escales, las ruinas junto a la balsa y al invernadero por el Camí de Senmenat.
Y como suele ocurrir cuando las prisas hacen su aparición (estábamos muy mojados y muy cansados), tomamos el sendero equivocado. Enfilamos apresuradamente hacia Caldes (olvidando un ramal que descendía por nuestra izquierda) hasta una gran valla con el letrero de prohibido el paso -camino particular-. Bordeamos la valla pensando que a veces ocurren estas cosas y seguimos hacia delante sin darnos cuenta que nos habíamos metido en el Mas d'en Corró.

Vuelta atrás; se estaba haciendo muy tarde y regresar a esas horas significa pillar una caravana tremenda para entrar en Barcelona.




Regresamos al llano del Roure Gros y encontramos a un matrimonio con dos niños y tres hermosos perros (¿o éran cuatro?). No habíamos hablado con nadie en todo el dia, así que el ratito de charla y compañía se hizo agradable. Nos indicaron el camino correcto y allá que nos fuimos pitando.
Pero antes de despedirnos aproveché para preguntarles por el Roure Gros (que no ví por ningún sitio); nos explicaron que ya no estaba; murió, en su lugar habían plantado un árbolito rodeado de unas piedras junto a una hermosa mata de romero. Ahí va la foto, con mi socia observando el jovenzuelo roble.




Aquí dejo unas fotos del camino, para que a nadie le ocurra lo mismo que a nosotros.



Vista desde el cielo.




Nos adentramos en un pinar y pasamos junto al Pou de Calç.




Ahora ya es imposible hacer fotos. no me quedan pilas para el flash. Las marcas del GR siguen siendo visibles.




A pesar de la oscuridad y las prisas por llegar al coche debimos hacer otra parada y darle agua a mi querida compañera; unas chuches energéticas tampoco le fueron mal y un ratito de descanso tampoco. Estaba rendida. Yo me zampé el medio bocata que llevaba de reserva.

El pueblo estaba ya muy cerca y a la altura de los invernaderos volvimos a coincidir con el matrimonio de antes. El último tramo lo hicimos juntos. Fué una grata compañía.

Llegamos al coche, me cambié de ropa (estaba empapada), sequé a la socia y levamos anclas rumbo a casita.




Así se quedó nada más llegar, fundida.



Resumen del itinerario:
Distancia recorrida: 11,8 kms.
Duración: 6 hrs. (con varias paradas)
Dificultad: Media
Fecha: 25 Octubre del 2.009
Track GPX: Sí (Si te interesa evíame un email a andarcon50tacos[-ARROBA-]gmail.com)
GPS: Garmin Legend HCX
Cartografía: El Farell, escala 1:20.000 Editoral Alpina
Agradecimientos: Al matrimonio que conocimos en el Roure Gros
Fuentes consultadas: Ajuntament de Caldes de Montbui, Sant Celoni-Reculls, Columbia University, Diari de Senmenat, El poblat ibèric de la Torre Roja- FIDES Recerca i Difusió Històrica (A. Fortó, X. Maese, B. Pelegero, J. Pisa, À. Vidal), Hemeroteca ABC, "Una espedición a San Miguel del Fay", de Víctor Balaguer por cortesía de Google Books, Institut Cartogràfic de Catalunya, Google Earth, Google Maps

Perfil de la ruta:


La meteo hoy, mañana y pasado mañana.



Hasta la próxima amig@s!